Como el resto de las firmas españolas, Ejidomar ha tenido que reestructurar sus turnos de trabajo para que las manipuladoras y empleados guarden las distancias de seguridad entre ellas y ellos.
Pero a diferencia de otras firmas no han tenido que entrar en procesos de nocturnidad como otras firmas porque disponen de una de las instalaciones más amplias de la industria hortícola española en función de su movimiento -sobre las 45.000 toneladas-.
«Se han realizado tres turnos guardando una diferencia de entrada de 30 minutos entre cada turno», señala José Antonio Baños, presidente de Ejidomar. Las instalaciones de las empresas están bien dimensionadas hasta el punto de que «las empleadas de un turno no coinciden con el otro turno y no tienen ninguna relación física ni casi visual», apunta el presidente de Ejidomar.
Con este sistema, «estamos cumpliendo perfectamente nuestros compromisos sin demoras y sin tener que entrar en turnos nocturnos», desvela Baños. La empresa ha tenido que cambiar la distribución del almacén, dividido entre calibrador para pimiento, línea de flow pack, línea para el resto de productos hortícolas y la línea de sandía que empezará dentro de unas semanas.
El presidente de Ejidomar destaca que cada grupo de trabajo tiene sus propios baños para no compartirlos, ya que «el problema viene de que se viese afectada una sola empleada de un grupo, lo que provocaría la cuarentena del resto». Es por este motivo, que «hemos habilitado baños para cada grupo para que en el caso de detectar un caso no se vean afectados los otros dos grupos», desvela el presidente de Ejidomar.