Concretamente, según un comunicado de AVA-ASAJA, las mandarinas de la variedad clemenvilla se venden por encima de los 4 euros el kilo y los pomelos rojos y blancos muy por encima de los tres euros el kilo.
Además, también inundan los lineales, salvo un error en etiquetado, nectarinas y ciruelas rojas de Sudáfrica en plena campaña de la fruta de verano, en la que los agricultores están percibiendo «precios ruinosos».
El presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, ha señalado que es un «auténtico despropósito» que «después de una campaña ruinosa para los productores valencianos en la que muchos de ellos se han visto obligados a abandonar su explotación, se haya cuadruplicado el precio que pagan los consumidores por estos productos cuando provienen de Sudáfrica y tienen condiciones socio-laborales peores que en la Comunitat Valenciana».
Esta circunstancia, según Aguado, demuestra debilidad de la cadena alimentaria española y europea y que quien marca el precio es la gran distribución, que «usa y abusa de los agricultores valencianos».
Por lo que respecta a la campaña de frutales, AVA-ASAJA indica que los productores están vendiendo su cosecha a «precios ridículos», a pesar de que la fruta presenta este año «una calidad excelente» porque ha contado con las horas de frío necesarias.
Por último, la organización advierte del riesgo fitosanitario que implica la entrada masiva de fruta de Sudáfrica y de la necesidad de que se lleven a cabo controles exhaustivos de estos productos por la presencia de plagas y enfermedades como la mancha negra, que todavía no están en Europa y que podrían causar «grandes estragos en nuestros cítricos».