El Informe del consumo de alimentación en España 2017, publicado por el MAPA, apunta a que el volumen total de aperitivos consumidos fue de 66,31 millones de kilos -que se corresponden con un gasto de 601,9 millones de euros- de los cuales el 58,6 % corresponde a las patatas fritas.
Tras ellas, destaca el consumo de frutos secos, con un 14,7 % del volumen de consumiciones, y los chicles, con el 9,9 % de cuota de consumo en esta categoría de aperitivos que comprende patatas fritas, frutos secos, chocolatinas y chocolates, chicles, caramelos y golosinas.
El líneas generales, cada español consume al año 1,85 kilos de aperitivos dulces y salados por un precio medio de 16,81 euros.
El consumo de aperitivos suele producirse entre horas, aunque el 45,9 % del picoteo se produce por la tarde mientras que el 18,2 % de las ocasiones se dan antes de la comida.
Con un 31,6 % de las consumiciones totales, Andalucía es la región que más aperitivos consume; le siguen Madrid y Levante, con un 14,8 % y un 11,8 % respectivamente.
Por el contrario, Barcelona es la región en la que menos aperitivos se consumieron durante el 2017, con un 5,7 % del total.
El Informe del MAPA destaca además que mientras que las mujeres, que constituyen el 50,3 % de la población española, consumen aperitivos en un 56,1 % de las ocasiones, los hombres, que suponen un 49,7 % de la población, consumen aperitivos en el 43,9 % restante.
Asimismo, distingue a las personas de entre 50 y 75 años de edad como los que más aperitivos consumen, con un 42,6 % del total de ingestas frente al 4,7 % que representan los jóvenes de entre 15 y 17 años.
Los canales de compra son mayoritariamente los dinámicos (hipermercados, supermercados y discounters) con un holgado 39,5 % de la cuota de distribución frente a pastelerías, tiendas y kioskos.
En términos económicos, estos canales impulso pierden participación en favor de las máquinas de vending, los bares y las cafeterías.