Ha afirmado que del estudio de los documentos se desprende la «disparidad evidente en el rigor e incluso independencia de la inspección entre Holanda, principal canal de acceso citrícola de Europa, y España, principal productor.
Así, la inspección holandesa demostró ser 24 veces más ineficaz en la detección del patógeno Gignardia Citricarpa que la española, a lo que «pudo contribuir el hecho inédito en Europa de que en los Países Bajos la revisión fitosanitaria y de calidad no sea realizada por funcionarios adscritos al Ministerio de Agricultura, sino por trabajadores de una empresa privada».
La de 2014, han explicado, fue la última campaña en la que Sudáfrica remitió cítricos a través de alguno de los puertos españoles y abordó la crisis que supuso el «bloqueo simbólico» impuesto por Bruselas a sus exportaciones de cítricos tras la detección de hasta 35 partidas infectadas con Gignardia Citricarpa, que causa el hongo CBS.
Ese año, han detallado, los funcionarios españoles realizaron 401 inspecciones a las 12.092 toneladas importadas y de ellas identificaron el hongo CBS en diez partidas, mientras que los puertos holandeses realizaron «una cifra muy superior» de controles pero solo fueron capaces de detectar la enfermedad en 5 casos.
«Con menos de un 10 por ciento del número de revisiones realizadas por los empleados de la concesionaria privada holandesa, los funcionarios españoles lograron el doble de intercepciones portuarias», han destacado.