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La compraventa de fincas rústicas cae un 4,2 % en abril

La compraventa se moderó en abril, según Cocampo, que apunta, en cualquier caso, el incremento acumulado desde el arranque de 2025 y que cifra en un 5,8 %, fruto de las mejores condiciones climáticas y de la reducción de los tipos de interés.

La compraventa de fincas rústicas en España alcanzó en abril las 13.337 operaciones, lo que supone una bajada del 4,2 % en relación con el mismo mes del año anterior, según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) en la Estadística de Transmisiones de Derechos de la Propiedad (ETDP).

En términos mensuales, las adquisiciones disminuyeron un 14,9 %. Pese a esta moderación del mercado, el abril de este año superó los niveles de 2021 y 2022, años que fueron históricos en la compraventa de fincas rústicas. En lo que va de 2025, el mercado acumula un crecimiento del 5,8%.

De acuerdo con Cocampo, plataforma para la compraventa y el arrendamiento de fincas rústicas, este comportamiento del mercado estaría relacionado con la mejora de las condiciones climáticas y con la reducción de los tipos de interés por el Banco Central Europeo (BCE).

Además de por compraventa, en abril se transmitieron 14.333 fincas por herencia, 6.287 por otros medios, 1.190 por donación y 284 por permuta. Así, las transmisiones de fincas rústicas decrecieron un 15,1 % respecto a abril de 2024 y bajaron un 18,5% frente a marzo.

La compraventa crece en 8 regiones

Por comunidades autónomas, Andalucía lideró la compraventa de fincas rústicas en el cuarto mes del año, con 2.148 operaciones. Le siguieron Castilla-La Mancha (1.888 adquisiciones), Castilla y León (1.869) y Comunidad Valenciana (1.655).

Las regiones en las que se registraron menos adquisiciones de inmuebles rústicos fueron País Vasco (189), Comunidad de Madrid (191), La Rioja (226) y las Islas Baleares (295).

En 8 comunidades la compraventa de fincas rústicas aumentó en comparación con el mismo mes del año anterior. Los mayores incrementos tuvieron lugar en Comunidad Foral de Navarra (62,8%), Región de Murcia (38,5%) y La Rioja (25,6%).

En menor porcentaje, las operaciones crecieron en Cataluña (10,5%), País Vasco (9,2%), Cantabria (7,7%), Comunidad de Madrid (7,3%) y Extremadura (6,0%).

La compraventa de fincas rústicas bajó en las 9 zonas geográficas restantes: Aragón (-19,0%), Castilla y León (-17,3%), Islas Baleares (-14,2%), Asturias (-8,4%), Canarias (-8,3%), Comunidad Valenciana (-7,3%), Andalucía (-6,6%), Galicia (-5,9%) y Castilla-La Mancha (-3,6%).

Las herencias continúan superando a las compraventas

Las herencias, por su parte, bajaron un 7,4% frente a abril de 2024 y registraron un valor un 14,3% inferior al observado en marzo.

Sin embargo, las transmisiones por herencia superaron a las compraventas de fincas rústicas en 10 comunidades. Estas fueron Aragón, Asturias, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Cataluña, Galicia, Comunidad de Madrid, Comunidad Foral de Navarra, País Vasco y La Rioja.

Castilla y León lideró también en este sentido, con 2.661 transmisiones por herencia, seguida de Castilla-La Mancha (2.021), Andalucía (1.803) y Comunidad Valenciana (1.633).

Desde Cocampo alertan de que este aumento de las transmisiones por herencia, consecuencia del envejecimiento del sector, está impulsando la fragmentación del suelo rústico. La división de los terrenos rústicos en parcelas más pequeñas pone en riesgo la viabilidad de la economía rural, apuntan desde la plataforma.

En los últimos seis meses, el tamaño medio de las fincas rústicas a la venta en Cocampo disminuyó en todas las comunidades autónomas, salvo en cuatro: Galicia (69,2%), Canarias (68,5%), Cantabria (6,2%) y Región de Murcia (1,7%).

Esta fragmentación no está afectando igual a todas las regiones. En las zonas con tradición latifundista, como Extremadura o Castilla-La Mancha, las fincas siguen teniendo dimensiones que permiten una explotación agrícola “rentable”.

Por el contrario, en las regiones con minifundismo histórico, como Galicia, Asturias y Comunidad Valenciana, la reducción del tamaño es más “significativa”. Como consecuencia, hay muchas parcelas que se sitúan por debajo del umbral mínimo necesario para ser rentables.

De acuerdo con el INE, desde 2009, las explotaciones de menos de una hectárea han crecido un 59,0%.