La primavera siempre es un foco de conflicto climatológico durante las dos temporadas más fuertes para los horticultores germanos: espárrago y fresa.
La espiral de precios es una constante y durante las heladas producidas en el final de abril, se ha notado en los lineales de las tiendas.
El invierno ha sido suave, pero la primavera ha traído mucha agua, «retrasando los trabajos de suelo en los espárragos por el encharcamiento de las fincas», expone Eva Würtenberger, experta de AMI en fruta.
Además de los problemas de exceso de agua durante finales de abril, se unió las heladas nocturnas de final de mes, que han provocado que los espárragos verdes se hayan helado, al igual que las fresas al aire libre.
No obstante, estas heladas han afectado más al cultivo de espárrago, que al de fresas, ya que «los alemanes podrán seguir consumiendo fresas de Alemania durante más semanas», recordó Würtenberger.