La junta de gobierno de la Comunidad de Regantes de Lorca ha acordado establecer restricciones en el suministro de agua de riego mediante un sistema de cupos similar al que se activó en diciembre del año pasado por la situación de sequía y la falta de recursos hídricos necesarios para realizar nuevas plantaciones.
Lo ha confirmado a EFE el presidente de la Comunidad de Regantes, Juan Marín, que ha explicado que el agua a distribuir en diciembre será un cupo de 175 metros cúbicos por hectárea para el regadío tradicional y de 150 metros cúbicos para el consolidado.
Ese agua solo cubrirá la mitad de las necesidades de los regantes, ha dicho Marín, que ha indicado que se realizarán gestiones con la Confederación Hidrográfica del Segura para tratar de obtener un riego de socorro y si la cuenca entra en alerta se instará a la apertura de los pozos de sequía, que no se han abierto desde 2020.
El acuerdo de la junta incluye la prohibición de realizar nuevas plantaciones en las dos próximas semanas, para garantizar que el agua disponible llega a los cultivos en curso, momento en el que se volverá a evaluar la situación hídrica y los recursos extra obtenidos.
Más consumo
Marín ha reconocido que se han cumplido los presagios de los regantes sobre la falta de agua y ha explicado que el calor, la falta de humedad y la deshidratación de las plantas ha hecho que con la misma superficie plantada que hace un año el consumo de agua haya sido ahora un 30 por ciento mayor.
La comunidad disponía de 17 hectómetros cúbicos para regar durante el último trimestre del año y ahora faltan tres hectómetros, lo que obliga a racionar el agua.
A la falta de recursos hídricos, agravada por la reciente avería de la desaladora de Águilas, que les ha hecho dejar de percibir 700.000 metros cúbicos de agua en nueve días, se une la necesidad de devolver el agua de riego que les anticipó la cuenca del Segura, procedente del trasvase Tajo-Segura y de pozos, para que los regantes lorquinos no perdieran sus cosechas.
Los regantes tampoco tienen certeza del agua que recibirán del trasvase en diciembre, lo que ha obligado a la comunidad de riego a adoptar “acuerdos drásticos” para que cada regante “se reparta el agua que le corresponda en sus parcelas, priorizando los cultivos que se plantaron en septiembre y octubre”, principalmente alcachofa, brócoli y coliflor.
Habrá que “priorizar cultivos”, ha expuesto Marín, que ha subrayado que no hay previsiones de lluvia a corto plazo y que entre los regantes hay “preocupación” por la falta de recursos.
El año pasado las restricciones a las 25.000 hectáreas en cultivo de la Comunidad de Regantes se prolongaron de diciembre de 2022 a marzo de 2023.