El cierre total para el riego del Canal Segarra-Garrigues (Lleida) el pasado sábado, 29 de abril, afecta a unos 2.000 agricultores, quienes ante «una situación nunca vista» de falta de agua ya dan prácticamente por perdida la actual campaña de fruta y cereales, dijo a EFE el presidente de la Comunidad de Regantes de esa infraestructura hidráulica, Josep Maria Jové.
La Comunidad General de Regantes del Canal Segarra-Garrigues decidió cerrar el suministro de agua desde el sábado hasta hoy, 2 de mayo, dado que la sequía ha dejado bajo mínimos el pantano de Rialb, del que se nutre. A partir de hoy martes, el Canal dirá a cada agricultor de cuánta agua dispone hasta septiembre.
Josep Maria Jové ha explicado que la medida afecta a unas 7.300 hectáreas de las comarcas de Garrigues, Noguera, Urgell, Segarra y Segrià, que cultivan unos 2.000 agricultores.
Los cultivos que se verán más afectados por la medida serán las de olivar, almendros, pistacho, viña y manzanas en altura, ha indicado Jové.
Una situación sin precedentes
El presidente de la Comunidad de Regantes ha explicado que los agricultores de esas comarcas afrontan una situación que «nunca pensábamos que viviríamos», ya que el Canal «es nuevo, moderno».
Jové ha puntualizado que este canal, aún inconcluso, empezó a distribuir agua en 2009 y que, desde entonces, «hace un uso muy eficiente del agua», sin fugas y con unos sistemas técnicos que permiten medir la necesidad de cada zona, de goteo para arbolado y de aspersión para el cereal.
Aún así, la gravedad de la actual sequía les ha obligado a tomar estas drásticas medidas porque «están muy preocupados, no ya por la campaña de este año», sino «por la del año que viene, y las otras» en el caso de que no se logre la supervivencia de los árboles frutales.
«De esos árboles dependen la comida, las campañas de los próximos años, y no podemos dejarlos morir», ha añadido.
A partir de hoy martes, cada agricultor sabrá «con precisión» de cuánta agua podrá disponer hasta septiembre para intentar salvar sus árboles.
Jové ha incidido en que la medida no afecta al agua de boca, que no se suministra desde el canal, ni a las numerosas granjas radicadas en las citadas comarcas, a las que se les garantiza para la supervivencia de los animales el mismo volumen de agua que recibieron en 2022.
El cierre de este canal es el segundo se que ha producido este mes de abril en Cataluña tras la clausura del de Urgell y después de que la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) declarase el pasado martes la cuenca del Segre en situación excepcional por sequía extraordinaria.