Ha explicado que las zonas de cultivo del arco mediterráneo afectadas por la disminución progresiva del trasvase Tajo-Segura producen el 71 % del total de hortalizas y el 25 % de las frutas con destino al exterior.
España exportó entre enero y noviembre de 2022 cerca de 10,7 millones de toneladas de frutas y hortalizas frescas, con un valor las primeras de 8.007 millones de euros y de 6.209 millones las segundas, según esta organización.
La aprobación de los nuevos planes de cuenca hidrográficas por el Gobierno supondrá el «recorte del 39 % del agua trasvasada al Segura» y «provocará daños socioeconómicos irreparables» para el sector de Alicante, Murcia y Almería, ha lamentado.
Y es que -han explicado- «las alternativas reales para completar los recursos hídricos recortados por el trasvase, incluida la desalación, no permiten cubrir, actualmente, las necesidades de la producción».
Ha recordado que un informe de la Cátedra del Agua de la Universidad de Alicante concluye que el recorte afectará 27.314 hectáreas de superficie regable, la desaparición de más de 15.000 empleos, y reducciones de valor patrimonial estimadas en 5.692 millones de euros.
A estas consecuencias ha añadido «la eliminación de los sumideros de CO2 de los cultivos vinculados a los regadíos existentes».
Según sus datos, las aportaciones del trasvase destinadas a regadío pasarían de 197 a 119 hectómetros cúbicos de media en el año 2027, mientras que el aumento de aguas desaladas destinadas a esas mismas zonas pasaría de 85,8 a 106,1 hectómetros cúbicos.
Esta cifras apuntan a que se va a producir una merma de 78 hm3 del trasvase que no se compensa con el alza de 20,3 % del agua desalada lo que, según la asociación murciana Proexport -asociada a Fepex- tiene un coste de 1,40 euros por metro cúbico, «por encima incluso del agua destinada a los hogares».