«El índice de confianza del consumidor está empeorando drásticamente y aunque la tendencia no está entre las más bajas de los últimos años, lo cierto es que estamos ante un cambio rápido en este indicador«, expone Marco Pellizoni, director comercial del panel de consumidores GfK.
Y es que la inflación está marcando el devenir de los consumidores y ya es el principal motivo de preocupación entre los italianos. El 43 por ciento de los italianos apunta que la inflación marca el sentido de su consumo.
La inflación se sitúa por encima del conflicto de Ucrania y la propia crisis económica. Ni la falta de disponibilidad de las materias primas ni la crisis económica ni el cambio climático afectan tanto como la inflación.
Ecológico a la baja
La inflación afecta sobremanera a los productos de mayor añadido, hasta el punto de que la tendencia ecologista se pierde ante los problemas presupuestarios de las familias.
El porcentaje de consumidores dispuestos a consumir pensando en el medio ambiente pasa del 43 por ciento al 32 por ciento. «No obstante, las cifras hacen mucho ruido ahora, pero esta tendencia seguramente se normalizará y se reanudará en el mediano y largo plazo», aseguró Pellizzoni.
Las frecuencias de compra no han cambiado para la compra de productos frescos, pero la inflación ya supone un gasto extra de 400 euros por hogar en la gama de frescos.
El futuro
El futuro se presenta con importantes cambios, hasta el punto de que «el 64 por ciento de los consumidores italianos tenderá a controlar los precios y un 55 por ciento a la búsqueda de nuevas promociones, mientras que la mitad de los italianos se verá obligado a controlar los precios«, subraya Pellizoni.
