A la reunión convocada por el Gobierno regional han asistido medio centenar de portavoces de asociaciones de agricultores y propietarios particulares, además de representantes políticos de las administraciones locales, que han presentado sus propuestas e incertidumbres sobre la reposición de fincas perdidas.
La Consejería de Agricultura ha encargado a la empresa Tragsatec la elaboración de un estudio sobre la viabilidad técnica, económica y jurídica para llevar a cabo la sorriba de coladas (técnica que consiste en cubrir la lava con tierra fértil), para su posterior reparcelación y reparto entre los agricultores damnificados.
«Este estudio va a tratar muchas cuestiones» ha señalado Vanoostende, que ha añadido que «tenemos que resolver como reparcelar o redistribuir, cuáles serán los costes y sus efectos medioambientales» ya que sorribar consiste en cubrir de tierra la superficie de las coladas, para lo que ya se trabaja en la localización de tierra no protegida.
Vanoostende ha desarrollado la cronología del estudio, que ha sido presentado este miércoles y se encuentra en fase de catalogación de las infraestructuras destruidas, para, en un plazo de ocho meses, contar con las conclusiones sobre la viabilidad de la recuperación de los cultivos afectados.
El presidente de la Asociación de Organizaciones de Productores de Plátanos de Canarias (Asprocan), Domingo Álvarez, ha cifrado en 228 las hectáreas sepultadas durante la erupción, repartidas entre unos 500 propietarios, que ahora deben consensuar proyectos colectivos para dar con una solución viable.
Además, desde Asprocan han señalado que «el contenido de la iniciativa de estudio es adecuado y coincide con lo previsto por el sector» pero dice necesitar «que se reduzcan los plazos para evitar el abandono del cultivo por parte de los agricultores ante la necesidad de supervivencia y la especulación sobre los suelos de cultivo«.