Un fuerte incremento de los costes salariales, que se suma a la escalada de costes de los insumos de producción, con un fuerte impacto sobre la sostenibilidad económica de las explotaciones hortofrutícolas, dada la dificultad de trasladar estos crecimientos a los precios de venta.
La nueva subida del SMI, que debe ser aprobada en Consejo de ministros, previsiblemente a finales de febrero, no ha tenido en cuenta la realidad de los sectores más afectados, como el hortofrutícola, en el que la mano de obra supone hasta el 45% de los costes de producción.
Se suma, además, a los cambios que provocará el “Real Decreto-ley 32/2021, de 28 de diciembre, de medidas urgentes para la reforma laboral, la garantía de la estabilidad en el empleo y la transformación del mercado de trabajo”. La reforma laboral implica grandes cambios en la contratación temporal, que es la más habitual en dicho sector, consecuencia de la estacionalidad de las campañas.
Para FEPEX, hay que tener en cuenta, además, la dificultad de trasladar a los precios el incremento de los costes, dada la globalización del mercado comunitario, con unos competidores, extracomunitarios, como Marruecos, con los mismos productos y calendarios y con un coste laboral por hora 10 veces inferior al de España. En el caso de competidores comunitarios como Portugal, con una presencia creciente en el mercado nacional, su salario mínimo se encuentra un 30% por debajo del español.