Son piezas por encima de los 10 kilos y que recuperan la imagen de la pepita debido a que “los consumidores marroquíes han recuperado un producto que recuerdan de la infancia con un extraordinario sabor”, señala José Ramón Casanova, director ejecutivo de Selfer. Esta línea de producto ha ido ganando espacio entre los detallistas franceses y “no solamente en los comercios étnicos, sino entre los hipermercados franceses”, apunta Casanova.
Durante 2017, Marruecos exportó a Francia casi 43.000 toneladas de sandía y de manera progresiva desde el ejercicio 2013. “Empezó como una anécdota y se ha convertido en tendencia de consumo durante la campaña de Marruecos, ya que los consumidores marroquíes y africanos tienen una imagen positiva de este producto”,
apunta el ejecutivo de Selfer.
Y es que Francia cuenta con nueve millones de habitantes ligados o cercanos al Norte de Africa que “tienen un recuerdo agradable de sabor de las grandes sandías con pepita”, apunta Enrique Fluviá, director de Saint Charles Primeurs. Esta tipología de sandía aumenta su presencia año tras año y no sólo entera sino cortada. Los hipermercados son los que mejor están asumiendo este giro en la demanda, ya que “este tipo de sandía se ofrece en grandes cajas y en boxpalets y se requiere espacio físico”, asegura Fluviá.
