Vicente Peris suma 1.000 kilos de semillas de variedades tradicionales de calabaza para mantener la tradición de este producto.
Desde hace 20 años, la firma ha llevado a cabo un trabajo de investigación, selección y cultivo con ensayos de germinación postsiembra, cuyo nivel de éxito alcanza el 96 por ciento.
El objetivo es mantener las calabazas carruécano, cacahuete y roteña valenciana, que están siendo sustituidas por variedades híbridas.
El trabajo de selección les permite mejorar constantemente las cualidades de estas calabazas en aroma, sabor, coloración y dulzor, que ya de por sí son sobresalientes.
“Es cierto que las variedades tradicionales son menos productivas, que son más sensibles a enfermedades, más desiguales y que su cultivo requiere de agricultores con mayor experiencia, pero mantenemos el compromiso empresarial de seguir cultivándolas y ofreciéndolas a los clientes que reconocen su sabor diferencial”, afirma Alberto Montaña, director general de Vicente Peris.
Vicente Peris considera necesario realizar este trabajo de apoyo a la diferencia. «Necesitamos no perder la esencia del sabor de nuestras frutas y verduras, o por lo menos garantizar que se pueda acceder a ellas», apunta Montaña.