Según ha recordado, los agricultores no pueden regar directamente con el agua de los pozos porque contiene altos contenidos en sales que no son apropiados para los cultivos. Para evitar ese problema, se ha desarrollado un sistema que permite incrementar la cantidad de agua de pozos aprovechable para el riego y reducir el denominado «rechazo», el agua no útil para ese fin.
Además, ese rechazo se ha recuperado y puesto en valor empleándolo para otras industrias. El sistema se encuentra aún en su fase de desarrollo y este mes comenzará a probarse de manera experimental en las instalaciones de la finca Tomás Ferro de la UPCT, ubicada en la población de La Palma.
Melero ha confiado en que este nuevo sistema «sea de ayuda en la búsqueda de soluciones por el sector agrícola y la administración , al utilizar el agua de forma eficiente y respetuosa con el medio ambiente». No obstante, ha insistido en que «no se trata de una solución absoluta» a la falta de agua que atraviesa la región, sino de una ayuda para el sector agrario.
