El objetivo del trabajo, según ha explicado la UCO en una nota, era crear un índice para predecir la calidad de las fresas usando técnicas no destructivas, de ahí el uso de la tecnología NIRS (espectroscopia de infrarrojo cercano) que mediante la luz reflejada «permite medir parámetros fisicoquímicos (firmeza, pérdida de peso) y microbiológicos de la fresa«, subraya el investigador Francisco Jiménez.
Para desarrollar este método, el equipo compuesto por Jiménez junto a sus compañeros Laura Rabasco, Arícia Possas y Fernando Pérez usó un espectrofotómetro portátil (el aparato que mide la reflectancia) capaz de medir tanto el espectro visible como el infrarrojo.
De esta manera, se evaluaron parámetros de calidad, incluyendo color, firmeza, pérdida de peso, apariencia y calidad microbiana, cada tres días durante el almacenamiento de fresas frescas a diferentes temperaturas y, a partir de estos datos «se crearon modelos matemáticos que se integran en la nube y permiten desarrollar predicciones sobre la vida útil de la fresa basadas en esos parámetros fisicoquímicos que medimos con el espectrofotómetro«, apunta Jiménez.
«En el estudio probamos diferentes temperaturas desde 5 a 35 grados y la idea es que se aplique dentro de esas fases de la cadena para mantener la vida útil durante más periodo», ha añadido la investigadora Laura Rabasco.
Mientras que los análisis físico-químicos y microbiológicos tradicionales implicarían actividad en laboratorio y mayor tiempo para obtener los resultados, además de dañar el fruto, con esta tecnología, sin destrucción, se pueden tomar decisiones en tiempo real y relacionarlas con modelos de precios dinámicos en supermercados, adaptando así el precio al ciclo de vida útil del producto.
«Este enfoque digital usa la información que se recoge con el espectofotómetro y se manda a la nube, se procesa y se puede utilizar en tiempo real en las cadenas logísticas y en la toma de decisiones en cuanto a la calidad del producto con el objetivo de reducir el desperdicio alimentario«, asegura el investigador Fernando Pérez.
Esta tecnología ha sido probada en los almacenes de Migros, que es el vendedor de alimentos frescos más grande en el sector minorista de Turquía, como parte del proyecto PRIMA BiofreshCloud, que tiene como objetivos fomentar la bioeconomía circular, mejorar la vida útil de la fresa y el tomate y reducir el desperdicio alimentario en fases precosecha y poscosecha integrando un enfoque digital.