Este estudio avala la capacidad de este modelo para, dada su gran capacidad para adaptarse a prácticas sostenibles, reducir su impacto ambiental y ganar en competitividad, además de generar empleo.
Los investigadores han planteado como base que «la bioeconomía circular es una prioridad de la Unión Europea que sienta las bases del cambio hacia una agricultura que, sin reducir producción, sea más eficiente y respetuosa con el medio ambiente», algo a lo que se debe llegar «priorizando la lucha contra el cambio climático y la desigualdad social».
Bajo esas premisas, este estudio concluye que la transformación de la agricultura hacia la bioeconomía circular presenta oportunidades de desarrollo económico para Almería y el sudeste español.
Apuesta por reducir el uso de productos químicos en la agricultura y sustituirlos por otros de origen biológico, lo que conlleva el crecimiento de empresas especializadas.
La segunda línea planteada es la conversión de los desechos de los invernaderos, como plantas arrancadas o plásticos, en biomateriales que sustituyan a otros derivados del petróleo.
La tercera es «la integración del sector hortícola con universidades, centros de investigación, administración y consumidores para generar políticas encaminadas a la sostenibilidad de la agricultura, incluyendo principios de responsabilidad social, cada vez más valorados por los mercados internacionales».
