Esa patología es la primera causa de discapacidad visual en mayores de 50 años y los investigadores de Burdeos creen que la dieta mediterránea puede prevenirla gracias a los pigmentos vegetales que llevan sus alimentos.
El estudio, en el que también ha colaborado el Instituto Nacional de la Salud y de la Investigación Médica de Francia (INSERM), ha contado con 609 voluntarios que durante ocho años fueron sometidos a experimentación con carotenoides, que se han demostrado útiles contra la pérdida de vista.
El ojo humano requiere de este pigmento, pero no lo produce por sí mismo, sino que lo absorbe de los alimentos ingeridos si estos lo llevan.
El estudio afirma que una alta concentración de carotenoides en plasma (uno de los elementos de la sangre) reduce en un 37 % el riesgo de desarrollar dicha enfermedad.
Actualmente, la degeneración de la mácula, que además de vista borrosa provoca áreas oscuras en el campo visual, puede darse en dos formas distintas y contra una de ellas, la llamada atrófica o seca, no existe tratamiento.
¿Y dónde se encuentran los carotenoides? Sobre todo en los tomates, los cítricos y las verduras de hoja verde como las espinacas, el repollo y las acelgas.
«Si queremos ir un poco más allá, la dieta más beneficiosa para prevenir la degeneración de la mácula sería una dieta de tipo mediterránea, rica en frutas y verduras y que aporte suficientes omega 3 gracias al pescado azul», subraya Bénédicte Merle, autora del estudio.