La Fiscalía francesa de Saint-Brieuc estudia el caso del comerciante Cheritel, que ha estado trabajando tomate de Marruecos como francés en algunos comercios de esta región. La Fiscalía cree que ha adquirido los tomates a bajo coste pero su precio venta público los ha expuesto como francés a un precio superior, para alcanzar un beneficio especialmente alto.
El Departamento de Fraudes tuvo constancia de esta situación en el verano de 2017 en las instalaciones que Cheritel tiene en Guingamp, según publica el portal Agrimaroc. Este Departamento no ha comunicado las cantidades requisadas, pero si apuntaba que eran cantidades significativas de origen de Marruecos pero etiquetados como franceses.
El caso tendrá resolución a mediados de 2019 en los Juzgados de Saint-Brieuc. El empresario francés señala que la denuncia le ha podido venir por parte de algunas de las grandes cadenas de supermercados que operan en la zona.