La cadena pública BBC tuvo acceso a dicho documento, en el que la firma de consultores Andersons advierte de que si el gobierno británico no incrementara su apoyo a esa industria, algunas granjas nacionales sufrirían de manera inevitable de producirse una marcha abrupta del bloque.
Por su parte, ante ese posible escenario, el Ejecutivo ha asegurado que «proporcionará apoyo directo para impulsar algunos sectores en el improbable caso de que esto sea requerido».
El citado informe desvela que si no hay acuerdo, las granjas podrían tener que hacer frente, por primera vez, a tarifas sobre bienes exportados a la Unión Europea.
Las exportaciones de cordero y ovejas podrían acarrear el pago de tarifas del 45-50 % mientras que la carne de ternera podría verse afectada con tarifas de más del 90 %.
La BBC señala que si las empresas europeas comienzan a tener que pagar más para importar carne procedente del Reino Unido, podrían recurrir a proveedores de otros países.
Actualmente, las granjas británicas perciben anualmente más de 3.500 millones de libras (unos 3.800 millones de euros) en subsidios comunitarios en base a la Política Agrícola Común.
El Ejecutivo británico ha asegurado a los granjeros de este país que mantendrá los niveles de apoyo hasta las próximas elecciones generales, un dato que ha tenido en cuenta el citado grupo de consultores.
Según sus cálculos, durante el primer año tras un «brexit» sin acuerdo, los beneficios en toda la industria caerían anualmente en un 18 % -entre 800 y 850 millones de libras (entre 867 y 922 millones de euros)- frente a los datos del periodo 2016-2018.
«Ahora mismo, muchas granjas dependen en gran manera de los apoyos (económicos)», señaló Michael Haverty, encargado del documento.
Ese experto alertó de que un escenario de «brexit» abrupto tendrá «enormes implicaciones para la viabilidad» de muchas granjas británicas.
Las exportaciones de productos lácteos atraerían, en ese hipotético escenario, tarifas más elevadas y otras restricciones que podrían derivar en un exceso de suministro de leche dentro del Reino Unido y, como consecuencia de ello, una bajada en los precios.
Al mismo tiempo, las tarifas en bienes importados de fuera del bloque comunitario podrían recortarse de manera sustancial, lo que implicaría que los granjeros británicos se tendrían que enfrentar a la competencia de bajo coste en productos como la mantequilla y los quesos procedentes del extranjero.