En una videoconferencia, los ministros de Agricultura de la UE debatieron las estrategias «De la Granja a la mesa» y «Biodiversidad 2030», presentadas hace dos semanas por la Comisión Europea en el marco del Pacto Verde europeo para lograr una economía neutra en emisiones de CO2 para 2050.
Todos los países respaldaron la necesidad de una producción agrícola y ganadera más respetuosa con el medioambiente, pero a la vez incidieron en que hay que acompañar al sector en esa transición, con ayudas y medidas que eviten que salga perjudicado.
Francia consideró que las dos estrategias van «en la buena dirección» e Italia dijo compartir «el espíritu y objetivos» pero defendió «un equilibrio entre la sostenibilidad y la competitividad».
El comisario europeo de Agricultura, Janusz Wojciechowsk, señaló al término de la reunión en rueda de prensa que hay «apoyo» de los ministros, aunque «también preocupaciones» porque «es un gran reto para los agricultores».
Añadió que la aplicación de ambas estrategias requerirá «la financiación adecuada» y confió en que salga adelante la nueva propuesta comunitaria para el presupuesto 2021-2027, que plantea 26.400 millones de euros más que en 2018 para el sector agrícola y ganadero.
Muchos ministros pidieron a la UE que, para evitar que los europeos salgan perjudicados, se exijan también estrictas condiciones de producción a las importaciones agroalimentarias procedentes de terceros países.
Planas se refirió durante el debate a los costes que implicará alcanzar los objetivos de reducción de pesticidas, fertilizantes o antibióticos para el ganado, «que pueden dañar la competencia» si las importaciones a la UE no están sujetas a esos requisitos.
«Confiamos en que el principio de reciprocidad será finalmente aplicado», dijo el ministro.