Las primeras entregas de fresas y arándanos ya se han realizado a detallistas domésticos y a mercados mayoristas del Sur de Ucrania.
La campaña de fresa comenzó el pasado 23 de abril y «con unos precios un 15 por ciento por debajo de la campaña pasada», señalan desde la Ukranian Berries Association (UBA).
Y es que la devaluación de la moneda ucraniana en comparación con el año pasado «va a afectar sobremanera a liquidaciones y precios, sobre todo, en las exportaciones», señalan los analistas de EastFruit.
El pronóstico para la temporada de berries no es agradable. «La ocupación por parte de las tropas rusas de algunas zonas de Ucrania como Kherson y Zaporizhia restringe el acceso a las principales zonas de producción de arándanos», señala Tetiana Smirnova, directora de Comunicación de UBA.
Y es que son las zonas de producción del Sur de Ucrania las que abastecen a las congeladoras ucranianas para los productos manufacturados.
La guerra ha dañado muchas infraestructuras de las fincas y de las centrales frutícolas. Además, «muchos detallistas y supermercados han perdido capacidad de frío y el producto pierde rápidamente calidad y frescura y esto reducirá ciertas operaciones», señalan desde el colectivo.
El arándano es el producto más exportado por las empresas ucranianas. Durante 2020 movilizaron más de 1.100 toneladas, aunque el mejor ejercicio fue 2016 con casi 3.000 toneladas exportadas, el 50 por ciento para el mercado polaco.