Manejar las altas temperaturas y asegurarse una producción que tienda a reducir al mínimo los residuos en el tomate hoy día es posible, y existen pruebas que lo demuestran. Arrigoni ha efectuado pruebas de campo que han corroborado esta tesis en dos lugares distintos: en la empresa hortofrutícola G.R.A.L. de Licata (Agrigento), finca que en la actualidad cuenta con una superficie de nada menos que cincuenta hectáreas entre galerías e invernaderos, en los que se producen varios tipos de hortalizas, y en Putignano, en la provincia de Bari, el verano pasado, de junio a agosto.
La prueba con el tomate, concretamente, se realizó con Biorete Air Plus®, la innovadora gama de escudos antiinsecto con monohilo de reducida masa lineal (diámetro) y alta resistencia. Andrea Sferrazza y Giacinto Marzullo, socios de G.R.A.L., manifiestan: “En el cultivo del tomate de pera, nuestra producción de excelencia, hemos apostado por Biorete Air Plus® de Arrigoni, y hemos obtenido resultados de lo más positivos desde diversos puntos de vista. Así es, a la protección mecánica frente a los insectos, se une la ventaja de la ventilación, que alcanza buenos niveles incluso en las hileras más largas. En un invernadero bien ventilado, además, la planta se ve preservada de la formación de moho y de enfermedades criptogámicas, como la alternaria, la cladosporiosis o el oídio. En consecuencia mejoran visiblemente el crecimiento de la planta y la calidad del producto. Además hay que considerar otro importante aspecto. Biorete Air Plus®, gracias a la clara disminución del empleo de la química, también mejora de forma patente la vida de los insectos útiles. La fructificación, por consiguiente, se ve facilitada gracias a un ambiente más confortable también para abejorros y nesidiocoris.”
“Los objetivos de la sostenibilidad y del control de las temperaturas”, comenta Milena Poledica, agrónoma de Arrigoni, “se encuentran entre los retos más difíciles de la agricultura moderna, que tenemos que superar para asegurar por un lado productos cada vez más sanos y saludables en las mesas de los consumidores, y por el otro para garantizar mayores oportunidades de beneficio para los productores.”
Prisma
Gracias a la investigación de Arrigoni, las soluciones para proteger el tomate, así como las solanáceas en general, son diversas. Así es, a la ya mencionada Biorete Air Plus® se suma Prisma®, una gama de escudos de protección que optimizan la difusión de la luz garantizando al mismo tiempo el control de la temperatura, para invernaderos de alta tecnología. También en este caso, en pruebas de campo se ha comprobado que con esta solución la luz se difunde de modo más uniforme en torno a la planta, incluso en sus partes más bajas. De esta manera se reducen los daños debidos a quemaduras y se mejora el contenido en polifenoles de las hortalizas. Además, la inferior temperatura facilita las faenas de los operadores. Los resultados de las pruebas realizadas en Putignano han sido sorprendentes: de una mínima disminución de cuatro grados centígrados con respecto al exterior, gracias a los escudos Prisma® se pasó a un pico de -8,8 °C, por el efecto combinado del factor de sombreado y del aditivo refrescante contenido en el agrotejido. El efecto contrario, por otra parte, se logra durante las horas nocturnas, en las que los cultivos protegidos registran una oscilación térmica decididamente menor, al mantenerse ligeramente más altas las temperaturas en el interior.
Net House
Completa el sistema de protección del tomate la Net House, el innovador sistema de cobertura que constituye una válida solución híbrida entre invernadero y campo abierto, ofreciendo ventajas tanto en lo referente al cultivo, con un mejor control de la temperatura, como en lo concerniente al ahorro económico, con una sensible reducción de los costes de instalación con respecto a los de un invernadero tradicional. Por otra parte, la instalación de tipo Net House es posible gracias a la utilización del agrotextil más idóneo de la amplia gama Arrigoni, según la zona climática en la que se opere. Al adoptar este sistema especial, también se puede cultivar en pleno verano gracias a que se dispone de un ambiente protegido, logrando al mismo tiempo una mayor ventilación en climas cálidos, así como una eficaz protección frente a los insectos nocivos más pequeños.
“El tomate”, comenta Paolo Arrigoni, consejero delegado del Grupo, “es una de las plantas más delicadas en términos de gestión agronómica. En efecto, son múltiples las patologías y los parásitos que pueden atacarlo. La podredumbre apical, la peronospora, los noctuidos y la tuta absoluta representan solo algunos de los problemas más comunes. Forzosamente, es también uno de los cultivos que suelen requerir el uso de agrofármacos. A todo esto se suma el peligro de las altas temperaturas, cada vez más frecuentes a causa del cambio climático. No hay más que tener en cuenta que a lo largo del año 2021, el 20% de la producción de tomates en el sur de Italia se perdió precisamente por efecto del calor tórrido. Gracias a la investigación que día tras día desarrollamos en la empresa, actualmente se puede cambiar por completo este paradigma, emprendiendo el camino de la reducción de los residuos y de la creación de un ambiente de cultivo ideal”.