La firma cerrará 90 mostradores de carnicería, pescadería y otros productos, instalados dentro de sus supermercados, y flexibilizará el funcionamiento de otros 700 mostradores.
La compañía, que cuenta con más de 300.000 empleados en el Reino Unido y más de 3.400 tiendas, clausurará también los servicios de restauración exclusivos para sus trabajadores, y recortará la plantilla en sus oficinas centrales y almacenes.
«Estamos haciendo cambios en nuestras tiendas británicas y en la sede central para simplificar lo que hacemos y cómo lo hacemos con el objetivo de ser capaces de cumplir con las necesidades de nuestros clientes», afirmó en un comunicado el consejero delegado de Tesco en el Reino Unido y la República de Irlanda, Jason Tarry.
La compañía argumenta que en los últimos años los hábitos de sus clientes han evolucionado y «cada vez tienen menos tiempo disponible para comprar», por lo que utilizan los mostradores de pescadería y carnicería «con menos frecuencia».
Tesco va a sustituir asimismo la rutina con la que se manejan los inventarios en los almacenes por un método que reduce «significativamente» el número de trabajadores requeridos para esa tarea.
«Esto va a afectar a algunos de nuestros colegas. Nuestro compromiso es minimizar (el impacto) todo lo que sea posible y darles apoyo», agregó Tarry.