La compañía, que ha pasado de 195 a 169 establecimientos en los últimos doce meses, ha visto impulsada su facturación por el pico de demanda registrado en marzo, coincidiendo con el confinamiento social por el coronavirus, que ha provocado un aumento del consumo en el hogar y, por ende, de las compras en el súper.
Supersol, que pertenece a la multinacional lituana Maxima desde 2012, cuando fue adquirida a la andaluza Dinosol, ha dado por acabado el proceso de reestructuración que se prolongó «durante todo 2019» bajo el liderazgo de su director general, Vygintas Sapokas, y un nuevo equipo directivo.
En el marco de ese proceso aprobó un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que afectó a unas 294 personas y cerró tiendas con el propósito de «sanear» el grupo tras las pérdidas cosechadas durante los ejercicios anteriores.
Según ha explicado este viernes en un comunicado, el incremento de las ventas comparables se ha disparado hasta el 16 % como consecuencia de las compras por la pandemia, aunque desde la firma han precisado que ya en febrero presentaban datos positivos, con un crecimiento del 4,3 %.
Los responsables de Supersol han apuntado que se concedió una prima de 200 euros a los más de 4.000 trabajadores con los que cuenta por el esfuerzo realizado por dar servicio pese al coronavirus, con una inversión total para la empresa que ha estimado en torno a un millón de euros.
De acuerdo a su datos, el gasto destinado a las medidas de seguridad para clientes y trabajadores por la COVID-19 ascendió a 250.000 euros.
«La puesta en marcha de nuestra nueva estrategia comercial con ambiciosos objetivos para el grupo durante los próximos años en materia de crecimiento, permitirán optimizar el posicionamiento de la marca en un entorno cada vez más competitivo», ha destacado su director general.
La empresa está presente con sus supermercados en doce provincias españolas (Almería, Ávila, Cáceres, Cádiz, Ceuta, Granada, Huelva, Madrid, Málaga, Melilla, Sevilla y Toledo), y cuenta con tres plataformas logísticas.