Semillas Fitó, empresa de semillas internacional con más de 140 años de trayectoria, consolida su posición como referente en el desarrollo varietal de sandías gracias a una propuesta genética que combina innovación, sabor, rendimiento y adaptabilidad para los productores y consumidores.
En su catálogo destacan las sandías triploides Taylor y Rhiana, que representan la vanguardia varietal en semillas de su categoría. La sandía Taylor, rayada y de alta producción, resalta por su homogeneidad y calibre óptimo para mercados exigentes, con un cierre pistilar pequeño que reduce las pérdidas y protege la calidad. Su corteza tiene el grosor adecuado para soportar el transporte, preservando la carne interna de lesiones, mientras que en su interior exhibe un color rojo intenso y un sabor dulce con altos grados Brix que deleitan el paladar.
Asimismo, la variedad Rhiana, negra y triploide, está especialmente orientada a trasplantes en invernadero debido a su vigor de planta equilibrado y su alta adaptabilidad a condiciones controladas. Rihana mantiene los estándares de producción y calidad de Taylor y aporta una alternativa diferenciada en sabor y apariencia.
Por otro lado, la compañía ofrece sandías diploides con micro semillas, como Leiva, que desempeña un papel clave como polinizador en cultivos donde se combinan variedades triploides y diploides para lograr un cuaje excepcional y una producción comercial óptima. Leiva destaca por prolongar el tiempo de coincidencia de polinización con las floraciones triploides, maximizando el desarrollo de frutos, además de asegurar calidad interna con un color rojo intenso y un sabor muy agradable. Es especialmente recomendado para trasplantes tempranos, incluso en condiciones de días cortos y temperaturas bajas, garantizando la producción en ambientes delicados.
Innovación
En su afán por seguir a la vanguardia de la industria agrónoma, Semillas Fitó ha presentado recientemente Amaral, un nuevo polinizador que amplía aún más el periodo de floración coincidente con las sandías triploides, aumentando así la carga frutal y la calidad de los frutos. Amaral, con su tono verde oscuro y micro semillas negras, se recomienda para trasplantes medios y tardíos, aportando un calibre ideal y una apariencia externa clara que evita confusión en destino, facilitando las operaciones comerciales.
“La complementariedad entre sandías triploides (sin semilla) y diploides (polinizadoras) es esencial para asegurar la producción de frutos sin semilla; las triploides no fructifican solas y requieren la presencia de diploides para la polinización, lo que explica su mayor precio en el mercado”, explica Miguel Ángel Fernández, técnico comercial de Industrias Fitó.
Un ejemplo de ello se encuentra en zonas como la provincia de Almería, donde las sandías de Semillas Fitó se injertan en pie de calabaza para tolerar la presencia de Fusarium en los suelos. Este inyector proporciona resistencia a suelos salinos y pesados, condiciones que afectan normalmente a los cultivos.
“Gracias a una continua investigación, en Semillas Fitó garantizamos que nuestras variedades superan diversos ensayos de transporte y conservación postcosecha, asegurando frutos firmes con cortezas suficientemente gruesas para proteger la carne de daños, y que pueden mantenerse frescos y sabrosos durante varias semanas tras la recolección”, añade Fernández.
Producción óptima y calidad garantizada en cultivos exigentes
A su vez, Semillas Fitó focaliza su trabajo en maximizar el rendimiento y la calidad de agricultores que se dedican al cultivo de sandía en invernadero, ya que ofrece variedades que cumplen con todos los requisitos para optimizar producciones y elevar la calidad interna de suelos agrícolas de este tipo.
“Genéticamente, buscamos variedades adaptadas a cultivos de invernadero, con plantas equilibradas y que no tengan excesivo vigor para que cuajen perfectamente en condiciones de meses fríos, días cortos y de poca luz o posibles días lluviosos”, dice el técnico comercial de Semillas Fitó. “Variedades que con días fríos no den problemas de ahuecado de frutos, que no tengan cierres pistilares grandes y que, en esas condiciones extremas, no dejen frutos sin desarrollar para tener una producción optima en los cultivos”.
“Buscamos variedades donde el número de días que coinciden la flor masculina del polinizador y la flor femenina de la variedad triploide sean mayores para tener así más frutos, más calibre temprano y más calidad interna de los mismos. Al mismo tiempo, en esos días cortos y fríos, buscamos variedades que tengan bastante sabor”, puntualiza Fernández.