Ésta es la principal conclusión de un estudio difundido este lunes por la patronal del sector de gran consumo Aecoc y que analiza cómo responder a estos cambios en el comportamiento del consumidor «desde la innovación».
Bajo el título «Salud y sostenibilidad marcan la alimentación del futuro», el informe recuerda cómo la reducción de azúcares, sal y grasas es una tendencia a seguir en numerosas categorías, a lo que se suman otras como el auge de las alternativas vegetales a la carne y los productos específicos para veganos.
Todas las cadenas de supermercados «tratan de diferenciarse y posicionarse como las marcas de referencia en estos segmentos», ha destacado en un comunicado el gerente del área de Retail Knowledge de Aecoc, Pablo de la Rica.
De hecho, la apuesta es tal que incluso la mayoría de los distribuidores que operan en España ya siguen esta misma línea también con sus marcas blancas.
De la Rica ha apuntado que el concepto «salud» está cada vez más ligado «al placer, la conveniencia y la comodidad», lo que se enmarca dentro de una búsqueda de «indulgencia saludable» por parte de los clientes.
Según sus encuestas, ocho de cada diez consumidores gasta más en alimentación saludable y durante el pasado año -marcado por la pandemia- el porcentaje de clientes cuya principal preocupación sobre su dieta es la salud pasó del 10 % al 19 %.
En términos de sostenibilidad, los responsables de Aecoc relacionan este factor con el concepto de transparencia para conocer el origen y el recorrido de todos los ingredientes incluidos en cada producto.
En este sentido, han augurado que en el futuro habrá «más etiquetados relacionados con el impacto ambiental», a imagen y semejanza de lo que ya ocurre con los valores nutricionales.
Reducir el uso de plásticos a través del rediseño de los embalajes y el combate al desperdicio alimentario son otras de las tendencias clave en este ámbito, de acuerdo con su análisis.