Un galardón que ve la luz por primera vez este año, impulsado por Banco Sabadell y el diario Levante-EMV, y que tiene por objetivo reconocer las buenas prácticas de las empresas de la Comunidad Valenciana en base a criterios ESG: es decir, criterios medioambientales, sociales y de gobernanza.
En su categoría de “Responsabilidad Social” y de entre más de 30 propuestas presentadas, el premio ha recaído en SanLucar por el proyecto de cocina solidaria “El Puchero” y El Puchero Portuario” que cogestiona en la ciudad de Valencia, con la Asociación Coordinadora Solidaria de los Estibadores del Puerto de Valencia.
“Nos sentimos honrados de haber sido distinguidos con este premio, y mucho más por tratarse de un galardón que reconoce el esfuerzo que se realiza en las cocinas solidarias “El Puchero” y “El Puchero Portuario”, donde a diario se atiende a 500 personas en situación de vulnerabilidad”, explica Stephan Rötzer, fundador y propietario de SanLucar.
“Este premio lo compartimos con nuestros socios en el proyecto; con el equipo humano que trabaja in situ en las dos cocinas solidarias, desde cocineros, trabajadoras sociales y/o voluntarios implicados en la iniciativa. Y por supuesto, con todas las empresas y entidades sin cuyas donaciones y colaboraciones desinteresadas no podríamos prestar servicio a los usuarios. A todos, mi más sincero agradecimiento”, añade.
El Puchero: mucho más que un plato de comida
En el año 2013 y por iniciativa del fundador de SanLucar se inaugura en el barrio valenciano de Orriols la primera cocina solidaria “El Puchero”. Apenas 5 años después, la Asociación Coordinadora Solidaria de los Estibadores del Puerto de Valencia se suma a la iniciativa, abriendo las puertas de «El Puchero Portuario» en el distrito de El Marítimo de Valencia.
A través de ambas cocinas solidarias, más de 500 personas con escasos recursos y/ o en riesgo de exclusión social reciben un menú diario que se entrega bajo el formato de “comida para llevar”, con el objetivo de no romper el hábito de comida en familia, y proteger la dignidad de los usuarios.
Pero “El Puchero” va un paso más allá, ofreciendo asimismo atención social a sus usuarios. La finalidad: fomentar su autonomía, y que tengan a su alcance las herramientas necesarias que les permitan ser autosuficientes. Asimismo, se fomenta la educación, mediante la organización de talleres y la oferta gratuita de clases de apoyo escolar para los más pequeños; iniciativa esta última, organizada en colaboración con la Fundación Iniciativa Social. Y es que son muchos los niños que durante la pandemia no han podido continuar con sus estudios al carecer de acceso a un ordenador y/o internet, y no poder por tanto asistir a las clases online impartidas durante los meses del confinamiento.