LA UNIÓ Llauradora ha reiterado a la Comisión Europea la necesidad de investigar a Egipto por posible dumping comercial en la entrada de sus cítricos al mercado comunitario, argumentado en base al Reglamento (UE) 2016/1036 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 8 de junio de 2016, relativo a la defensa contra las importaciones que sean objeto de dumping por parte de países no miembros de la Unión Europea.
En este sentido, LA UNIÓ se pondrá en contacto con la Oficina de la Comunitat Valenciana en Bruselas-Fundación Comunitat Valenciana, de la Generalitat, para que traslade y trabaje en esta petición ante los organismos comunitarias con objeto de que se investigue ese dumping comercial, entre ellos, el Comité Europeo de la Regiones donde España dispone de 21 miembros y uno de ellos es el president de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón.
LA UNIÓ indica que durante los meses de enero a abril hay cada vez más una presencia significativa en los lineales de las grandes cadenas de distribución europeas de cítricos procedentes de Egipto y esta campaña podría incluso batir récords. “Llegan con precios muy bajos que distorsionan el mercado y nos hace perder competitividad a los productores europeos que cumplimos con los compromisos del Pacto Verde de la UE en materia medioambiental y social, lo que no ocurre con los cítricos egipcios”, señala Carles Peris, secretario general de LA UNIÓ.
Esa competencia afecta a nuestra campaña que hasta finales de diciembre tenía un comportamiento positivo y ahora se resiente fuertemente con las importaciones de naranjas de Egipto.
Los envíos masivos de naranjas egipcias a los mercados comunitarios provocan un solapamiento evidente con las variedades de los países productores de la Unión Europea. En este sentido, la UE es un mercado único y el hecho de que las importaciones egipcias sean más predominantes en algunos Estados miembros que en otros no implica que estos productos no compitan en el mismo mercado, entre sí y con la producción interna de la UE.
Exportaciones de Egipto
Cabe señalar que con los últimos datos disponibles que son de noviembre de 2023, Egipto exportó a la Unión Europea un total de 488.881 toneladas, lo que significó un 108% más que el año anterior y un 84% más que la media de las últimas campañas, siendo ya el segundo país importador tras Sudáfrica. Es en los primeros meses de cada año cuando la presencia de naranjas egipcias es más que relevante en los lineales de los supermercados europeos y lo están haciendo esta campaña con creces, en clara desventaja con la producción europea de variedades de naranja. Los precios de los cítricos de Egipto son además inferiores a los europeos, cada vez más bajos, y distorsionan de forma evidente nuestra campaña.
Las variedades de naranjas egipcias para mercado en fresco, Navel o Valencia, se ponen en los puertos europeos a unos precios que rondan los 0,48 y 0,46 euros el kilo, respectivamente, y si son para zumo a 0,38 €/kg. Estas cifras son un poco menos que el precio que nuestras naranjas tienen a la salida de los almacenes.
Estos precios son posibles entre otras cosas porque el salario mínimo interprofesional en Egipto durante el pasado año fue de 168,60 euros (12 pagas) al mes, mientras en España fue de 1.000 euros (14 pagas). La diferencia de SMI anual es evidente, de los 2.023 euros en Egipto por los 14.000 euros en España. El SMI egipcio está muy por debajo del salario de los países productores de cítricos de la UE. A esto hay que añadir que Egipto no cumple con los convenios internacionales del trabajo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) porque prohíbe el reconocimiento oficial de los sindicatos independientes, por lo que LA UNIÓ ya propuso en su día la suspensión automática de importaciones a la Unión Europea por este motivo.
Las importaciones de cítricos procedentes de Egipto, como las de otros países terceros, tienen unos estándares medioambientales y de fitosanitarios muy inferiores a los europeos y eso les facilita también producir muy barato. LA UNIÓ propone desde hace tiempo la reciprocidad en las formas de producción y en el uso de productos fitosanitarios.
El problema ya no es únicamente ahora, sino a futuro. Egipto tiene plantados casi 24 millones de naranjos, de los que cerca de 14 millones de árboles ya están en producción, pero el resto todavía no lo ha hecho.