Dicho Estatuto también persigue actuar contra el despoblamiento rural, que quedó en evidencia hace unos meses con los incendios forestales que arrasaron 450.000 hectáreas en Portugal.
Según el ministro, «un mundo rural vivo exige personas y para que las personas vivan en él tienen que tener unas condiciones dignas». De ahí la necesidad de dicho Estatuto, que entrará en vigor a finales del primer trimestre de 2018, para «mejorar un poco las condiciones de vida de este segmento tan importante de nuestra agricultura».
El texto también prevé apoyos especiales para la comercialización de los productos locales y una discriminación positiva para acceder a las ayudas que se convocan para el sector desde la Unión Europea.