La microbiota permite la regulación de la apertura estomática, logrando “regular la pérdida de agua por transpiración y mantener los niveles adecuados de hidratación en la planta”, expuso la investigadora de la Universidad de Almería (UAL) Ana del Mar Salmerón, y ratificado posteriormente por Mercedes Tirado, del laboratorio de Viagro, que llegó a señalar la nula diferencia entre una hoja con microbiota tras dos días extraída de la planta con respecto a una hoja recién cortada sin tratamiento microbiótico.
Los tratamientos microbióticos “ayudan a conservar la humedad y a prevenir la deshidratación de la planta, gracias a la formación de un biofilm”, expresó Salmerón. Un apunte importante de los formulados microbióticos es la activación de respuestas de defensa en la planta que ayudan a limitar la propagación del virus, como en el caso del Rugoso. Y para finalizar, el microbioma del suelo puede afectar la disponibilidad de nutrientes para las plantas.