«Las negociaciones y las conversaciones continúan. Nuestros negociadores siempre están reuniéndose y ahora se van a tener reuniones nuevamente», comentó Castiglioni a periodistas, preguntado por el avance del diálogo entre el Mercosur y la Unión Europea.
Las dos partes siguen sin alinear sus posiciones y mantienen algunos aspectos técnicos en conflicto que están enrocando la firma de este acuerdo de asociación que se debate desde el año 2000.
Las negociaciones encallaron en capítulos como las indicaciones geográficas, la industria automovilística y el acceso a los mercados de productos como la carne de vacuno, el azúcar y los productos lácteos.
A eso se sumó la incertidumbre provocada por la victoria en Brasil del ultraderechista Jair Bolsonaro, que no fue vista con buenos ojos desde el lado europeo.
De hecho, algunas voces más críticas del Parlamento Europeo remitieron el pasado 25 de marzo una carta, firmada por 33 eurodiputados, a la comisaria europea de Comercio, Cecilia Malstrom, para pedir una pausa en las negociaciones por la llegada al poder de Bolsonaro.
Malstrom apostó por seguir adelante con las conversaciones, ya que no se trata de un acuerdo bilateral con Brasil, sino con todo el Mercosur, que incluye también a Paraguay, Uruguay y Argentina.
Si en el último año la vista estuvo puesta en Brasil, a causa de las elecciones y el cambio de Gobierno, el bloque suramericano mira ahora con atención a las elecciones europeas, que se celebrarán entre el 23 y el 26 de mayo, y que dejarán una nueva composición en la Eurocámara y en la Comisión Europea.
«Vamos a estar nuevamente pendientes de las elecciones en Europa», agregó hoy Castiglioni.
