En México, más del 75 % de la agricultura es de temporal y por ello es necesario contar con mayor conocimiento e información de la variabilidad climática natural y de los efectos del cambio climático, apuntó el titular de la Sader, Víctor Manuel Villalobos.
Esta agricultura depende del ciclo de lluvias que va de junio a octubre y su principal producto es el maíz, que ocupa casi el 60 % de este tipo de tierras en el país.
El funcionario recordó que la agricultura «está expuesta a imponderables climáticos» y que una manera de aprovechar o mitigar sus efectos es mediante la aplicación de prácticas agrícolas sustentables para el manejo adecuado del suelo y del agua.
Durante su participación en el módulo de capacitación «Pronóstico climático para el ciclo agrícola en Guerrero», Villalobos explicó que esas prácticas se pueden ayudar con el acompañamiento de las tecnologías y sistemas de medición de lluvias y la temperatura en los ciclos productivos.
Además, destacó los beneficios de adaptar la agricultura ante el cambio climático y minimizar los riesgos de los factores adversos, a través de la aplicación de paquetes tecnológicos.
Villalobos indicó que el pronóstico de precipitaciones pluviales para este año «está cerca de la media histórica, lo que permitirá tener un régimen de lluvias más o menos normal», con consecuentes beneficios para el ciclo Primavera-Verano 2020.
En México, según datos del Gobierno, en los últimos años la precipitación media histórica ha sido de 780 milímetros en 2014, de 781 en 20015, de 780 en 2016 y de 781 en 2017 y 2018.
México cuenta con especialistas que colaboran a un mejor acompañamiento científico y técnico «para pronosticar el comportamiento de las lluvias, la temperatura y el clima y así mitigar los efectos en la agricultura» en diversos institutos, apuntó.
Entre estos están el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), el Servicio de Información Agropecuaria y Pesquera (SIAP) y la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
En el citado módulo de capacitación, especialistas del INIFAP señalaron que desde hace unos cinco años se desarrollan pronósticos de lluvias, temperatura y humedad de los suelos agrícolas que permiten prever las condiciones en los procesos de cultivo de granos en estados como Guerrero, Sinaloa y Tamaulipas.
Bajo este sistema diagnosticaron que la precipitación de lluvia para este año en Guerrero «será por debajo a la media histórica, pero los efectos de la sequía no serán tan prolongados como en 2019».
En Guerrero «se espera una temperatura más estable, entre los 22 y 25 grados, y la humedad del suelo estará entre 30 y 35 %, lo que favorecerá la siembra de granos en la entidad», refirieron.
Según la FAO, debido al calentamiento global en los últimos años, la agricultura de temporal está en riesgo, mientras que los trabajadores que desempeñan esa actividad están en estado vulnerable.