Masymas cuenta con 122 supermercados en la Comunitat Valenciana y la Región de Murcia, con una plantilla de más de 2.500 empleados.
Durante el pasado año, la cadena invirtió 10 millones de euros que destinó básicamente a las aperturas de dos nuevas tiendas en Dénia (Alicante) y Santa Ana (Cartagena) y a la reforma de otros 7 establecimientos.
En un comunicado, el propietario, José Juan Fornés, ha señalado que «el año pasado fue tremendamente difícil, llegando a una situación extrema que puso a prueba la fortaleza (de su empresa) y la de todo el sector, pero supimos reaccionar y estar a la altura».
«Los primeros momentos de la pandemia fueron especialmente complicados, con mucha presión para poder garantizar el abastecimiento», según Fornés, quien ha insistido en que «ha sido muy duro en cuanto al trabajo y al desafío de mantener la misma calidad en el servicio, pero la plantilla al completo ha respondido con enorme responsabilidad».
Al margen de las referidas inversiones en línea a su plan estratégico, Masymas tuvo que hacer frente a diferentes gastos extraordinarios a causa de la pandemia por encima de los 3,5 millones de euros para implantar las medidas de seguridad en los supermercados, tanto para clientes como para empleados.
Además, bonificó a sus más de 2.500 empleados con dos gratificaciones en abril y a final de año «por el sobreesfuerzo y la ejemplaridad con la que han trabajado durante estos meses tan difíciles».
Para el presente ejercicio, la empresa prevé una inversión de 12 millones de euros para la apertura de dos nuevas tiendas en la Comunitat Valenciana y para la reforma de otros tres establecimientos de su actual red.
Respecto a los ejes estratégicos planificados para este año, la empresa mantiene su apuesta de inversión en nuevas tiendas y mejora de las instalaciones, impulsará el producto fresco de proximidad, potenciará la digitalización para mejorar la experiencia de compra y continuará aportando medidas en pro del medio ambiente y la sostenibilidad.