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Más de 1,8 millones de kilos de pepino retirados, 800.000 kilos en diciembre

La directora general de Producciones y Mercados Agrarios del Ministerio de Agricultura, Esperanza Orellana, ha desvelado hoy que desde enero del año pasado han sido retirados 1,8 millones de kilos de pepino de forma ordenada y retribuida gracias a los fondos operativos que gestionan las OPFH.

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Ha apuntado en declaraciones a los medios en la Subdelegación de Almería, donde se ha reunido con representantes del sector para analizar la situación del mercado de pepino, que las organizaciones de productores de frutas y hortalizas (OPFH) han gestionado la retirada de 800.000 de estos kilos sólo durante la última quincena de diciembre.

«Es cuando realmente el sector ha estado mal», ha dicho Orellana, quien ha defendido que los precios del pepino no han sido «malos» durante 2018, sino únicamente durante las tres últimas semanas de diciembre y la primera de enero, cuando la situación de las cotizaciones de este producto ha sido «muy mala».

Ha aclarado que estas retiradas son únicamente las gestionadas por OPFH, sin tener en cuenta aquellas realizadas por «agricultores por su cuenta y sin recurrir precio a fondos operativos», abogando por la unión de los productores a este tipo de organizaciones ya que únicamente un 60% de ellos forman parte de las mismas.

Señala que el hundimiento de precios se ha debido a una «serie de circunstancias, fundamentalmente climatológicas», que han provocado un exceso de producción y un rendimiento elevado.

«Lo que tratamos de buscar en estas reuniones es qué herramientas podemos poner en marcha para eliminar estas volatilidades, estos altibajos que no benefician a nadie, menos todavía a los agricultores», ha afirmado.

Así, ha expuesto que para evitar este tipo de caídas de precios es preciso que los productores de pepino se incorporen a las OPFH, que son las que gestionan los fondos europeos; que éstas tengan una «dimensión adecuada», y que exista un «entendimiento» cuando llegue la retirada controlada porque «son mercados que responden muy bien y se recuperan fácilmente».

En cualquier caso, ha defendido que la retirada debe ser siempre el «último recurso» y que la normativa nacional y europea permite articular herramientas para una mejor planificación de la comercialización y calidades del producto.