Extremadura tiene 115.000 personas apuntadas al Plan de Empleo Rural (PER), una herramienta que garantiza una cantidad mensual de 480 euros por 20 peonadas agrícolas. Son muchos los parados a esta fórmula social, pero cuando llega la campaña de la cereza, los fruticultores tienen que recurrir a los temporeros internacionales provenientes de la Europa del Este o de los que finalizan la campaña de la fresa de Huelva.
Este año será diferente y «el 90 por ciento de los trabajadores de campo serán extremeños y españoles, ya que no hay posibilidad de que los temporeros puedan venir de sus países por el cierre de las fronteras», asegura Emilio Sánchez, presidente del Consejo Regulador de la D.O. Cereza del Jerte.
Para facilitar que los apuntados al PER se conviertan en los nuevos recolectores de la cereza, la administración ha permitido que estos parados no pierdan sus derechos y puedan compatibilizar los ingresos del PER con los nuevos ingresos por la recolección de las cerezas.
No obstante, a falta de 20 días que empieza el periodo fuerte de recolección no existe respiro ni alivio y se desconoce si se cubrirán todas las necesidades y vacantes que demanda la fruticultura de la cereza extremeña.
La Agrupación de Cooperativas Valle del Jerte ha creado una bolsa de trabajo para los interesados en la demanda de empleo de una campaña que no supera los tres meses.