«Los consumidores no podemos asumir todo el peso cuando suben los precios de los alimentos. Los costes incrementados deben transmitirse a lo largo de toda la cadena de suministro y ¡nos negamos a pagar las ganancias de los comerciantes!». Son algunos de los comentarios que durante la semana pasada se vieron en las redes sociales por parte de consumidores suecos ante el incremento del precio de los alimentos.
Todo vino a partir del precio del café y la mantequilla y que han provocado una actitud de boicot a las grandes cadenas suecas de supermercados.
Los usuarios proponen medidas como la creación de conciencia, la compra de alimentos a pequeños operadores y no a las multinacionales y hacer una comida responsable.
Facebook ha sido la red que ha monopolizado este sentimiento a partir de este grupo . Aunque también TikTok e Instagram han colaborado.
Las protestas han servido para generar un debate nacional, ya que han sido miles de suecos los que han participado en el debate.
El motivo reside en que el coste para alimentar a una familia en Suecia se ha disparado en 2.750 euros desde 2022, lo que está generando desconfianza y frustración.
Frenazo
Ha sido habitual ver la imagen vacía de los supermercados durante la semana 12. No existen datos aún de grado de penetración en los lineales, pero los internautas han estado enviando fotos de la desolación de los pasillos.
La agencia gubernamental Statistics Sweden señala que el precio de los alimentos se ha disparado en un 25 por ciento desde 2022.
El sentir popular es que la subida de precios se debe al oligopolio de supermercados y grandes productores que priorizan sus beneficios sobre los clientes, así como a la falta de competencia entre empresas.
Los supermercados culpan a los conflictos bélicos, la sequía, … Las cadenas asumen que durante la semana 12 bajaron sus ventas.
Jenny Gerdes de ICA señaló que el boicot varió significativamente entre tiendas y reconoce «algún impacto». Gerdes señala que «cultivar, producir, envasar y transportar alimentos se ha vuelto más caro, pero también gestionar una tienda».
Coop no dudó en afirmar que había visto una «ligera disminución en el número de clientes durante la semana pasada en comparación con el mismo periodo del año pasado. No descartamos que haya un cierto efecto del boicot, pero todavía es difícil de evaluar», señaló la portavoz Hakan Andersson.
En este boicot de la semana 12 las frutas y hortalizas se han quedado fuera del debate.