Los italianos han tenido que frenar el consumo de hortalizas en sus hogares porque la inflación se hace dura. De hecho, las familias italianas han tenido que pagar un 13 por ciento más para consumir hortalizas, según el Centro Servizi Ortofrutticoli (CSO).
El incremento del precio en un 13 por ciento ha supuesto que el consumo haya descendido un 10 por ciento hasta el mes de septiembre.
«El escenario de los primeros nueve meses del año 2022 resume y confirma la tendencia a la baja que se viene observando constantemente desde principios de año, y que está correlacionada con el crecimiento de la inflación y los muchos dificultades económicas que se están produciendo», apunta Elisa Macchi, directora de CSO.
El producto hortícola que mas ha desplomado sus ventas ha sido el hinojo, con un descenso del 30 por ciento, seguido de la berenjena con un 16 por ciento.
Incluso hasta la patata, una categoría accesible, ha visto descender sus cifras en un siete por ciento; y el tomate fresco lo hizo en un 11 por ciento.
La situación de demanda a la baja y precios inflacionados corre desde el Norte hasta el Sur de Italia. «No hay notables diferencias entre los precios y todas las regiones italianas están sufriendo la misma situación», expone Macchi.
