La campaña de hueso en la Región de Murcia sólo funciona bien cuando hay inclemencias meteorológicas. Con una primavera inmaculada, el desastre está escrito porque se presenta una oferta alta y los mercados UE no abren tan pronto a la fruta de hueso, porque sus temperaturas siguen siendo bajas para aceptar melocotones, nectarinas o paraguayos.
Los cálculos de Coag-Murcia hablan de unas pérdidas por valor de 80 millones de euros, «dejando a cientos de agricultores seriamente endeudados para afrontar la presente campaña, cuya viabilidad depende de que los árboles reciban un riego en los próximos 30 días», señala Pedro García Albert, coordinador sectorial de Coag Murcia.
La cosecha ha sido tan mala que «se están dando casos de fruticultores que están talando fincas que no tienen ni cinco años», señalan desde Coag.
390.000 toneladas se comercializaron de hueso desde Murcia a unos precios entre 15-28 céntimos, cuando el coste se haya en los 50 céntimos de euro.
El origen de la crisis residió en la decisión de las cadenas comerciales de retrasar en dos semanas la comercialización de la fruta temprana de la Vega Alta. Ello generó de entrada grandes ‘stocks’ que impidieron que los precios remontaran entre mayo y octubre. A ello se sumó el estancamiento de la demanda nacional (solo 4 kilos por persona y año), el colapso del mercado europeo (propiciado por el veto ruso), la falta de agua y la ineficacia de las medidas de regulación comunitarias.