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Los españoles ya usan la mitad de bolsas de plástico que hace una década

Poco más de un mes después de la entrada en vigor del cobro obligatorio por las bolsas de plástico, expertos han evaluado la medida como «bien intencionada», aunque «los grandes esfuerzos para reducir su consumo se realizaron hace ya, al menos, cuatro años» pasando de una media de 300 en 2007 a 144 por habitante y año.

Poco más de un mes después de la entrada en vigor del cobro obligatorio por las bolsas de plástico, expertos han evaluado la medida como «bien intencionada», aunque «los grandes esfuerzos para reducir su consumo se realizaron hace ya, al menos, cuatro años» pasando de una media de 300 en 2007 a 144 por habitante y año.

El Real Decreto para reducir el impacto medioambiental de los envases y sus residuos, que transpone al ordenamiento jurídico español la directiva comunitaria europea, entró en vigor en España el pasado 1 de julio y obligó a los comercios a cobrar por las bolsas de plástico.

Las cadenas de distribución de alimentos, principales consumidores de estos plásticos, «tomaron hace más de cuatro años medidas para reducir las bolsas de línea de caja, las que más usan habitualmente los consumidores», ha explicado Ignacio García, director general de la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (Asedas).

«En el año 2012 se empezaron a adoptar medidas para adecuarse a la norma comunitaria impuesta para la reducción del 50 % de las bolsas que se ponían en el mercado», ha aclarado García, quien ha manifestado que «con el esfuerzo de las cadenas de distribución y la concienciación de los consumidores, para 2016 ya se había reducido casi el 90 % de las bolsas de caja», las recogidas en el decreto como «ligeras» (menos de 50 micras) y «gruesas» (más de 50).

En el 2007, cada español gastaba como media 300 bolsas de plástico al año, cifra que se ha reducido a unas 144 por habitante anualmente, lo que supone unos 6.800 millones de bolsas en circulación de todo tipo de grosor, situándose por debajo de la media europea, de 175.

Las cadenas de supermercados hicieron durante aquellos años una inversión millonaria para buscar y ofrecer alternativas de bolsas fabricadas en otros materiales reutilizables que se ajustaran a la compra de cada consumidor, ha explicado a Efe García.

Según el director de Asedas, «esta norma iguala todos los formatos comerciales para que nadie las pueda entregar gratuitamente y así, terminar con el esfuerzo de reducción en bolsas de línea de caja, pero la mayor parte del trabajo ya estaba hecho».

La organización Facua-Consumidores en Acción, considera que el pago por las bolsas de plástico es una medida «bien intencionada» pero «poco eficiente», pues «muchos consumidores asumen directamente el sobreprecio que supone la bolsa, ya que la cantidad es muy pequeña en relación al precio total de la compra».

«Una mejor alternativa sería no suministrar bolsas de plástico», ha propuesto Rubén Sánchez, portavoz nacional de Facua, quien ha considerado que el consumidor «tendría que llevar su bolsa de casa» o utilizar una reutilizable, asumiendo el mayor precio.

La ong ambientalista Greenpeace coincide con Facua en que «se debería cobrar una cantidad mayor -varios euros por bolsa y no unos céntimos como en la actualidad- para «desincentivar totalmente su consumo».

Los ecologistas reclaman además incentivar el uso de cualquier otro tipo de contenedor que sea reutilizable, como las «bolsas de tela, mochilas o capazos», ha indicado a Efe el portavoz de la Campaña Plásticos, Julio Barea.

«Habrá que esperar unos meses para determinar la efectividad de la medida, pero para nosotros es totalmente insuficiente si se pretende frenar la contaminación de plástico que hay ahora mismo», ha añadido.

El Decreto también incluye que, a partir de 2021, las bolsas «ligeras» y «muy ligeras» (menos de 15 micras), estarán prohibidas, salvo que sean compostables, lo que según García, conlleva «una problemática distinta, pues se trata de un envase no sustituible, como es el caso de la carne y del pescado», sobre todo debido a razones higiénicas.

El director de Asedas, frente a esto, ha pedido que «se acompase» el calendario de entrada en vigor de esta obligación a que exista una recogida orgánica separada en todas las ciudades de España, pues el tratamiento de la bolsa compostable requiere de unas «condiciones de temperatura y presión determinados» para que se pueda convertir en un material que pueda devolverse al medio ambiente de una forma adecuada.

«Mientras no exista separación orgánica de toda la basura que tiramos los consumidores en España,- contenedor azul (papel y cartón), amarillo (envases de plástico, metal y briks), verde (vidrio) o en el de tapa naranja (restos no reciclables) y marrón (restos compostables)- esta bolsa no puede cumplir su finalidad», ha explicado García.