Desde el comienzo de la llamada crisis energética, el incremento de los costes de producción en la agricultura y la ganadería ha sido continuo. Si bien, y según afirman desde Asaja-Almería, «esta situación afecta de manera más severa a las producciones intensivas en invernaderos».
El nivel de intensificación de estas explotaciones las hace más vulnerables a las fluctuaciones, hasta el punto de que productores como los de tomate «se ven obligados a obtener un mayor rendimiento por metro cuadrado para poder mantener la rentabilidad de sus explotaciones».
En este sentido, y según el informe elaborado por la organización agraria, los costes de producción actuales del tomate se han incrementado, de media, un 34% en el total de los gastos soportados por los productores, lo que se traduce en 21.000 euros por hectárea.
La mano de obra supone un 40% del coste de producción en un invernadero dedicado a este cultivo, seguido de los fertilizantes y fitosanitarios con un 13% (+ 3.200 €) y 11% (+ 3.000 €), respectivamente.
En el cómputo global de gastos que tienen que asumir los agricultores, las amortizaciones de las estructuras necesarias para la producción, así como los consumibles plásticos utilizados han soportado incrementos de más del 40% desde 22021. Otros insumos o suministros como la luz, el agua o el gasóleo agrícola también han experimentado aumentos nunca vistos.
En la campaña actual, las cotizaciones hortícolas están siendo acordes a estos incrementos desde que comenzó 2023, pero hay que tener en cuenta que esta situación obliga a los productores a producir con rendimientos por encima de la media. «Aunque ahora las cotizaciones acompañan, será al final de la campaña cuando podamos conocer si la producción final obtenida ha compensado el incremento de los costes», señala Adoración Blanque, presidenta de ASAJA-Almería.
En un contexto global, en el que algunos competidores están teniendo problemas para producir en invierno, en Almería «nos hemos encontrado con situaciones climáticas como el exceso de temperaturas en octubre y noviembre, lo que produjo un incremento de plagas y enfermedades ligadas a una reducción en algunas producciones hortícolas».
Desde ASAJA-Almeria, instan al Gobierno central a reducir la carga impositiva y tributaria a los sectores agrícolas para evitar el cierre de explotaciones como ya ocurrió la pasada campaña en algunos como el vacuno de leche, al no poder soportar el incremento de los costes de producción.