La sequía se apodera de Marruecos y las consecuencias ya son visibles en los cultivos frutícolas. La región de Marrakech es una de las más afectadas y «dos tercios de la producción citrícola se encuentra en estado de sobrevivencia«, señala el empresario Youssef Maaouni en la publicación Agrimaroc.
Muchas de las plantaciones citrícolas y de la variedad Nadorcott se están regando con aguas salinas ante la falta de agua.
No es el único problema en el que se encuentran los cítricos de Marrueccos. El precio de los fertilizantes han pasado de tres a 18 dirhams por kilo y el flete sigue estando por encima de los meses anteriores a la pandemia.
No es el escenario más halagüeño, pero el empresario espera que variedades como Nadorcott puedan alcanzar rendimientos de 60 toneladas por hectárea en el tramo corto y hasta 100 toneladas por hectárea en el tramo alto.