El inicio de la certificación supone la llegada al mercado de las primeras cerezas que cuentan con la contraetiqueta que garantiza su máxima calidad.
La presidenta del Consejo Regulador, Clara Prieto, ha explicado que esta campaña «tiene muy buena calidad», debido a que las lluvias caídas en la zona no han afectado a la cereza y por el contrario, ha hecho que aumente su calibre.
Este año se prevé que se certificarán de 300.000 a 350.000 kilos de Navalinda.
En relación a la situación generada por la pandemia de la covid-19 en el campo, el responsable de la DO ha subrayado que la recogida de cereza «está muy controlada y vigilada, con protocolos de seguridad que se siguen de manera exhaustiva y se aplican a todos los temporeros que llegan a la zona».
Bajo el distintivo de calidad de la Denominación de Origen «Cerezas del Jerte» se ampara la cereza de mesa para su consumo en fresco, entre ellas cuatro variedades tipo picota -Ambrunés, Pico Limón Negro, Pico Negro y Pico Colorado- y la variedad de cereza Navalinda, que es la primera de la temporada en recibir el reconocimiento y garantías de la DO.
A la Navalinda le seguirán las picotas del Jerte, las más conocidas a nivel nacional e internacional.
El Consejo Regulador de Denominación de Origen Protegida Cereza del Jerte es una entidad que trabaja para promocionar y certificar el origen y la calidad de los productos protegidos.
Sus principales objetivos son difundir la imagen corporativa de la Denominación de Origen Protegida Cereza del Jerte, así como promocionar el cultivo y la comercialización de cerezas de calidad.