El informe advierte de riesgos globales para el comercio internacional que podrían afectar a la agroalimentación, como el «creciente proteccionismo» estadounidense o las «perturbaciones» comerciales que acarreará la salida del Reino Unido de la UE.
Sin embargo, el estudio del Ejecutivo comunitario también detecta aspectos positivos para el sector, como el «aumento de la población» mundial o los «cambios en las preferencias de los consumidores» que beneficiarían a los productores europeos, que emplean al 7,5 % de los trabajadores de la UE (44 millones de personas).
El agregado de 225.000 millones de euros mantiene a la UE como líder mundial del mercado agroalimentario, según el informe anual de comercio comunitario del sector publicado hoy por la CE, que atribuye a los intercambios globales de ese sector un avance del 3,6 % entre 2016 y 2017.
El mismo indica que las exportaciones de la UE se sitúan por delante de las de Estados Unidos (132.000 millones de euros), Brasil (72.000 millones), China (49.000 millones) y Canadá (40.000 millones).
El informe precisa que las exportaciones a Rusia se han recuperado después de su caída en los últimos 5 años debido al embargo ruso a muchos productos agrícolas europeos como respuesta a las sanciones europeas por la anexión moscovita de la ucraniana península de Crimea, que no reconoce la UE.
En cuanto a las importaciones, la UE también se situó como primer destino agroalimentario internacional, por delante de Estados Unidos (115.000 millones de euros), China (103.000 millones), Japón (50.000 millones) y Canadá (31.000 millones).
El comercio agrícola exterior de la UE también se ha beneficiado de los acuerdos de libre comercio alcanzados en 2017 con Canadá y con Japón, agrega el estudio.
El comisario europeo de Agricultura, Phil Hogan, declaró en un comunicado que este «éxito» del comercio comunitario se debe en parte a la reforma de la Política Agrícola Común (PAC), que ha favorecido la competitividad de los productores europeos en este mercado internacional.
También se debe, según el eurocomisario, a la «reputación mundial de los productos de la UE» y a su «ambicioso programa de comercio».
