Retail

Cadenas de supermercados, nuevo objeto de deseo para fondos e inversores

La distribución alimentaria vive momentos de agitación que contrastan con la habitual estabilidad de un sector que se ha convertido en "objeto de deseo" de fondos e inversores, a tenor de los numerosos movimientos corporativos de los últimos meses.

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Sólo en este mes de julio, El Corte Inglés ha anunciado la compra de Sánchez Romero, la cadena de ultracongelados La Sirena ha sido vendida por el fondo Opcapita a José Elías (el empresario dueño de Audax) y Carrefour se ha desprendido de una pequeña parte de los supermercados que adquirió al hacerse con Supersol.

Además, en marzo, el checo EP Corporate Group entró como socio de Eroski en Cataluña (donde opera bajo la marca Caprabo) y Baleares, y a lo largo de este año se está ejecutando la conversión de los antes citados Supersol en diferentes enseñas de Carrefour.

Fuentes del sector confirman que existen negociaciones en marcha para nuevas operaciones; cooperativas como la valenciana Consum y la andaluza Covirán han manifestado su interés en crecer, y diferentes medios han publicado que la catalana Condis pretende vender su negocio en Madrid y busca socio que aporte capital.

Representantes de los fondos de inversión Portobello y Arcano, y consultores apuntan a Efeagro en la misma dirección: desde hace años se especulaba con movimientos de concentración en el sector y parece que, una vez dado el pistoletazo de salida, la «carrera» no ha hecho más que empezar.

Peculiaridad española

En España, a diferencia de la mayoría de países europeos, a las grandes cadenas nacionales (Mercadona, Carrefour, Lidl y DIA lideran el mercado) se suman decenas de grupos regionales importantes en su zona de influencia, y muchos de ellos están intentando expandirse a nuevas comunidades y ganar tamaño.

«Nosotros lo vemos muy claro y estamos siendo muy activos; en las comunidades hay cierta fragmentación y muchos son operadores familiares de segunda o tercera generación susceptibles de protagonizar movimientos corporativos», ha explicado este viernes el socio y responsable de distribución en el fondo Arcano Borja Oria.

Asesores en operaciones recientes, Oria ha admitido que ya están «activos» en otros procesos: «El sector está en el punto de mira de los fondos y los inversores, lo que hará que haya más consolidación. Lo veremos en el segundo semestre y probablemente el año que viene».

En esta misma línea, el director en el fondo Portobello Víctor Virós ha destacado que la mayoría de compañías locales y regionales bajo el foco «tienen 40 o 50 años y están en plena transición generacional» y «no están penalizadas por falta de escala», ya que son muy relevantes en sus territorios.

El interés de fondos e inversores «no es un fenómeno español, sino internacional», según Virós, quien ha recordado que en Reino Unido la cadena Asda fue comprada por un fondo y estos días Morrisons acaba de ser vendida a otro.

Bajos márgenes de beneficio

Ambos señalan que, en comparación con otros sectores, los supermercados ofrecen estabilidad, elevados niveles de facturación y generan mucho efectivo, aunque sus márgenes de beneficio son más bien bajos (entre el 2 y el 4 %).

También coinciden a la hora de explicar por qué se ha disparado el interés ahora, con la pandemia -el sector demostró su capacidad de resiliencia y creció en ventas por el cierre de la hostelería- y el auge del comercio electrónico en alimentación como factores clave.

«La covid en general ha venido muy bien a los supermercados, han facturado un 10 % más de media. Y quien tiene en la cabeza vender, sabe que necesita engordar la facturación lo máximo posible», ha detallado el consultor Pablo Barrero, especializado en distribución y exdirectivo de Hiperdino.

Aunque la pandemia sea coyuntural, para Barrero existe una tendencia «de fondo» y es que hay muchas cadenas regionales pequeñas o medianas, lo que hace pensar en una progresiva concentración en menos operadores.

En su opinión, la introducción de tecnología y la apuesta por la venta «online» suscitan el interés de fondos e inversores, que observan que hay margen para mejorar en este área, a lo que se suma que en España el comercio electrónico de alimentación ha avanzado de forma más lenta.

No obstante, ha advertido de que esa apuesta conllevará cierre de tiendas a futuro, como está pasando ahora en el textil: «En Francia la venta por internet ya supone el 7 % de todo el gasto en supermercados, en Reino Unido ronda el 8-9 % y en países asiáticos roza el 20 %. La duda es cuándo y a qué velocidad, pero ese proceso es inevitable».