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Las amenazas de USA abren un verano de desafíos comerciales agroalimentarios

Las amenazas de nuevos aranceles de EE.UU. abren un verano repleto de negociaciones y de desafíos comerciales para el sector agroalimentario tras la pandemia, entre ellos el Brexi y Mercosur.

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El anuncio desde Washington pone en guardia de nuevo al Gobierno español y a los productores agroalimentarios, tras varios meses en los que el coronavirus ha centrado todas las atenciones.

EE.UU. proyecta impuestos a camiones y maquinaria; podrían llegar hasta el 100 %.

Las organizaciones agrarias y Cooperativas Agro-alimentarias han reaccionado con vehemencia ante el anuncio.

El sector agroalimentario ya sufre las represalias de EE.UU. por las ayudas al consorcio aeronáutico “Airbus”, que afectan a España, Francia, Alemania y el Reino Unido.

En la actualidad, los aranceles gravan productos como el aceite de oliva, la aceituna de mesa, el vino y los licores, las frutas y hortalizas en conserva y los cítricos, entre otros productos.

El próximo 26 de julio termina el período de revisión de las represalias de EE.UU. en el marco del conflicto.

El caso se cruza con la disputa de la UE contra Washington, por sus apoyos a Boeing (rival de «Airbus»).

El comisario europeo de Comercio, Phil Hogan, ha declarado que espera conocer este verano el fallo de la Organización Mundial del Comercio (OMC), que permitiría a la UE fijar sanciones contra EE.UU.

Bruselas calibrará su actuación, pero esta circunstancia puede servir para presionar a Washington.

BREXIT

La sombra de los aranceles planea sobre las estancadas negociaciones del acuerdo que marcará la relación definitiva entre la Unión Europea (UE) y el Reino Unido, tras el Brexit.

A partir del lunes, Bruselas y Londres intensificarán su diálogo y celebrarán reuniones todas las semanas (hasta el 27 de julio).

Los Gobiernos de la UE han instado esta semana a intensificar la preparación, ante la posibilidad de un divorcio sin acuerdo, pues el Reino Unido ha rechazado prolongar el período de transición más allá del 31 de diciembre.

La hipótesis de un Brexit «duro» intranquiliza al campo español; en la práctica, significaría trabas aduaneras, diferencias en las reglas de origen o en la protección de las denominaciones de origen.