Esta zanahoria tiene un tamaño mayor que la naranja y su color violáceo se produce casi exclusivamente en Cuevas Bajas, donde todos los años organizan una fiesta en honor a esta planta, explica el alcalde del municipio, Manuel Lara.
Contiene vitaminas A, B, B3 y E y minerales como potasio, magnesio, yodo, fósforo y calcio, y aunque son muchos los municipios españoles que han intentado producir esta peculiar zanahoria, su cultivo no ha prosperado por el clima y las particularidades de la tierra.
Cuevas Bajas celebra este domingo la XVIII edición de la Fiesta de la Zanahoria ‘Morá’ con un amplio programa de actividades culturales y gastronómicas y con degustaciones gratuitas de migas con esta hortaliza y resoli, un licor anisado típico de la zona realizado a base de anís y hierbas aromáticas.
Según los relatos históricos, la zanahoria ‘morá’ llegó a Al-Andalus hace 13 siglos en una caravana árabe y los habitantes de esta región malagueña comenzaron a cultivarla.
Esta planta no solo se diferencia de la zanahoria común por su color, sino también por la riqueza de sus cualidades, ya que se le atribuyen propiedades anticancerígenas y diuréticas, resalta el regidor.
Añade que hay que probarla en crudo porque «es un manjar», pero también invita a degustarla en mermeladas, «snacks», licores, ginebra, cerveza y vinagres.
«Es un suculento y saludable manjar que se puede consumir crudo, en ensaladas; frito, sustituyendo a las patatas como guarnición, e incluso acompañando a unas migas», apunta con orgullo el regidor.
Encarna Artacho, gerente de la empresa Exclusivas del Genil, que elabora mermelada y licores con esta zanahoria, explica a EFE que tienen una gran demanda y que el secreto de esta hortaliza está en que su sabor es muy agradable al paladar, además de sus propiedades.
Resalta que la zanahoria se puede acompañar con dulce o salado y que «la gente al probarla se sorprende». Artacho advierte de que muchas personas que ven por primera vez una zanahoria ‘morá’ la confunden con remolacha «pero no tiene nada que ver. Sabe a zanahoria, pero con más sabor y otros matices».
Reconoce que desde pequeña ha tenido cerca esta hortaliza en su casa y en la de sus amigos, y que «es raro el vecino que no la cultiva si tiene un poco de terreno, aunque sea para consumo propio».
Ella cuenta con un pequeño terreno en el que cultiva esta planta, pero necesita recurrir a otros productores por la alta demanda, «lo que ayuda a la riqueza de los vecinos de este municipio».
Su textura es totalmente diferente a la zanahoria «normal» y de mayor tamaño. «Hay que probarla. Las personas se sorprenden, porque incluso en una ensalada le da mucho más sabor que la otra», remarca Artacho.
Son muchos los usos que se le dan a esta zanahoria, con la que también se elabora cerveza artesanal y ginebra.
Este producto se cultiva básicamente en la ribera del río Genil, en Cuevas Bajas y Cuevas de San Marcos y en las últimas campañas se han superado los 300.000 kilos recolectados, que son vendidos dentro y fuera de la provincia para consumir directamente o para elaborar distintos productos derivados