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La Unión pide una norma para prohibir la comercialización de fruta de destrío

La Unión Extremadura ha instado este lunes al Gobierno extremeño a impulsar una norma que prohíba comercializar la fruta clasificada como destrío dado que, según denuncia, se pone a la venta, en ocasiones a precios «prohibitivos», pese a que el productor no ha recibido nada por ella.

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En una nota, precisa que de las 520.000 toneladas de fruta de hueso que se producen anualmente en la región, 44.200 son destrío a causa del tamaño, rozaduras, falta de color o golpes de granizo que merman la calidad del producto, lo que genera pérdidas en el sector productor de 22 millones de euros.

Según detalla, cuando los productores entregan su cosecha a las centrales hortofrutícolas, se les realiza un escandallo para seleccionar el producto y se aparta el destrío, por el que, según afirma, no se paga nada al fruticultor, sino que se realiza un descuento a detraer del precio del resto de la producción.

Indica que, en la mayoría de los casos, las centrales hortofrutículas sacan el producto dañado al mercado a precios «más reducidos».

En este sentido, considera que si el destrío se destruyese tras la selección y no se pudiese comercializar, los fruticultores tendrían que asumir este gasto, que «serviría para garantizar la calidad de la fruta que sale al mercado».

«La sorpresa viene cunando vemos esta fruta, apartada por destrío, en los comercios de venta al público y muchas veces a precios prohibitivos», critica La Unión.

Por ello, ha dirigido un escrito al secretario general de Economía y Comercio de la Junta de Extremadura, Antonio Ruiz Romero, para que se impulse una norma que prohíba comercializar la fruta clasificada como destrío, «no abonable al productor».

La Unión considera que si los destríos no salieran al mercado, además de aumentar la calidad de las frutas, se evitaría la repercusión negativa de los precios de esta fruta en el resto de mayor calidad, ya que es un producto que «compite pero no se abona a los productores», además de existir «dudas» sobre su salubridad y trazabilidad.