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La Unión dice que la patata se paga en origen a 0,13 euros y se vende a 1,46

La Unión de Extremadura ha considerado este martes que es "ilegal e inmoral" cobrar al consumidor 1,46 euros por un kilo de patatas que el intermediario ha pagado al productor a 0,13, lo que apenas cubre la mitad de los costes.

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Cuando acaba de comenzar la recolección en Extremadura, esta organización ha augurado que va a ser un «año nefasto» para los productores de patata, ya que debido a las lluvias persistentes de mayo, los costes se han disparado por los continuos tratamientos fitosanitarios para controlar los ataques de mildiu.

Este hongo parasitario aparece cuando las condiciones climatológicas le son propicias, como las de este año, ha explicado La Unión en un comunicado.

«La sorpresa a saltado cuando los compradores (intermediarios) de patata fresca están ofreciendo a los productores un precio de apenas los 0,13 euros/kilo, que cubre apenas el 50 % de los costes de producción», ha advertido.

Frente a ello, ha indicado que las grandes cadenas de alimentación tienen las patas viejas, francesas, a un precio de 1,49 euros/kilo, lo que supone «una subida de precio de las patatas de peor calidad del 1.146 %».

Ha recordado que esta situación fue uno de los motivos de las manifestaciones agrarias que se produjeron a primeros de año.

El Ministro de Agricultura afirmó que tras la reforma de la Ley de la Cadena Alimentaria esta situación no se volvería a producir, pero ha vuelto a suceder y lo demuestra con la fotografía realizada en un supermercado.

La Unión Extremadura va a presentar una denuncia ante la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA) para que se investigue si realmente se están realizando los preceptivos contratos de compraventa de este producto y si en los mismos se está respetando el poner como mínimo un precio que cubra los costes de producción.

Al mismo tiempo, van a interponer otra denuncia ante el Ministerio de Consumo para que vigile las prácticas abusivas de estos grandes supermercados que, al amparo del cierre de mercadillos y las dificultades en la distribución por las medidas sanitarias provocadas por el Covid-19, «están saqueando a los consumidores con productos de baja calidad y precios abusivos».