Las dos partes han pactado el alcance exacto de la apertura recíproca de los mercados de contratación pública, así como un «alto nivel» de previsibilidad y transparencia en los procesos de contratación pública.
El bloque comunitario y México han solventado el último elemento que quedaba pendiente en la negociación del nuevo tratado mediante una llamada telefónica entre el comisario europeo de Comercio, Phil Hogan, y la secretaria de Economía de México, Graciela Márquez Colín.
De esta manera, la UE y México pueden ya avanzar hacia la firma y la ratificación del acuerdo.
Hogan destacó que «la apertura, la asociación y la cooperación serán aún más esenciales cuando reconstruyamos nuestras economías» tras la pandemia de coronavirus.
«Me complace, por tanto, que compartamos puntos de vista similares con nuestros socios mexicanos y que nuestro trabajo continuado pueda fructificar ahora», declaró el comisario irlandés, quien aseguró que, cuando esté en vigor, el acuerdo «ayudará tanto a la UE como a México a consolidar nuestras respectivas economías y a impulsar el empleo».
A través de este pacto, prácticamente la totalidad del comercio de mercancías entre la UE y México estará exenta de derechos de aduana.
Incluye, además, como novedad, normas sobre desarrollo sostenible, como el compromiso de aplicar el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático.
Es también la primera vez que la UE acuerda con un país latinoamericano cuestiones relativas a la protección de las inversiones, mientras que la simplificación de los procedimientos aduaneros contribuirá a impulsar las exportaciones.
Este tratado comercial será, por tanto, parte integrante de un Acuerdo Global más amplio entre la UE y México, el cual abarca también la protección de los derechos humanos y contiene capítulos sobre cooperación política y cooperación al desarrollo.
Por otra parte, será también el primer acuerdo comercial de la UE que incluya disposiciones para combatir la corrupción, con medidas para luchar contra el soborno y el blanqueo de capitales.
México es el primer socio comercial de la UE en América Latina, con un comercio bilateral de mercancías por valor de 66.000 millones de euros y un comercio bilateral de servicios por un valor de 19.000 millones de euros (según datos de 2019 y 2018, respectivamente).
Las exportaciones de mercancías de la UE superan los 39.000 millones de euros al año, mientras que el comercio de mercancías entre las dos partes se ha triplicado desde la entrada en vigor del acuerdo original en 2001.
A continuación, una vez concluida la revisión jurídica del acuerdo será traducido a todas las lenguas oficiales de la UE, para después ser remitido al Consejo de la UE (en el que están representados los Gobiernos de los Veintisiete) y al Parlamento Europeo para su firma y adopción.
México fue el primer país latinoamericano en firmar, en 1997, un acuerdo global con la UE, que entró en vigor en 2000.
Tras decidir renovarlo en 2013 y comenzar las negociaciones en 2016, dos años más tarde llegaron a un acuerdo de principio pero quedaron pendientes algunas cuestiones técnicas, que hoy se han cerrado.